jueves, diciembre 29

feliz 2012!

creo que no quedan dudas de que la palabra del año es "crisis". Y no es mi intención desarrollar polémica alguna sobre como los de siempre, los de la economía real, somos los eternos afectados de las andanzas de las economías inventadas. Mi comentario es mucho mas doméstico y familiar... ante la omnipresente "crisis" se me disparan en la cabeza mandatos familiares del estilo ...al mal tiempo buena cara... o siempre que llovió paró ...o el dignísimo... si hay miseria que no se note. Una especie de aliento a la resistencia que viene del pasado, de la memoria de padres y abuelos y que sugiere que la mejor manera de superar las contingencias es mirando el vaso medio lleno. Por eso creo que éste es el mejor deseo que puedo augurar al fin del 2011, salir a torear, con el mejor ánimo posible, distraidos ante el exceso de malos pronósticos...conscientes de ser verdaderos titanes! (que no comen vidrio).
Muy Felices Fiestas a todos!!
patricia

domingo, diciembre 11

en busca de inspiración

 eran cuatro, amigos, y catalanes. Empresarios gastronómicos en busca de inspiración... un pedido concreto:"paseo por los sabores venecianos".
Para despertar los sentidos...inmersión en  los colores, visitando Sta. María del Frari, con la suerte de la luz perfecta para las obras del Tiziano. Seguimos camino a Rialto caminando rincones e historias... y  en campo San Polo sincronizamos los relojes. A las 12 en punto, como corresponde, nos sumamos al rito colectivo del aperitivo, y como siempre, los spritz lograron su magia provocando el memorable: "mas que un aperitivo...un bautismo"(sic)
Luego dedicamos la atención  al "ciccheteo" costumbre local que consiste en ir caminando de un punto a otro
guiados por las ganas de saborear las especialidades culinarias del día ; un almuerzo en etapas que se fue completando con una buena selección de vinos italianos.
Como broche de oro... el infalible café a la italiana se vistió con perfumes de chocolate en el laboratorio San Toma ;una degustación sorprendente guiada por el entusiasmo de su meticulosa artesana. En la despedida, el mapa se llenó de flechas y notas necesarias para alcanzar la cita, para cenar, con uno de los mejores chef de la ciudad. Los cuatro suponían "seguir paseando," pero en el aire se intuía, el plan secreto de una siesta reparadora, un descanso merecido tras una mañana de trabajo hecho con seriedad.